El mundo es como un escenario inmenso
compuesto por una infinidad de personajes que dan vida también al
mismísimo escenario. Nuestros yoes jamás son los mismos, solo se
asemejan. Incluso el yo que era al comenzar a escribir este texto en
la anterior oración ya ha desaparecido. La mas mínima variación en
el pensamiento o estado de animo modifica a nuestros personajes, y el
pensamiento subsiguiente continuando la misión del anterior mantiene
la relación de coherencia. Poseemos civilizaciones enteras de
distintos yoes construidos a su vez por infinidad de estados de
ánimos, pensamientos e intuiciones distintas, que nacen y mueren en
una fracción de segundo. De esta forma el pensamiento o la emoción
que aparece luego es la sucesora del mando emocional, heredando la
genética de su madre quien vivió en la fracción de segundo
anterior. De esta manera se crean dinastías emocionales., cadenas de
pensamiento que heredan sensaciones que se cronifican creando una
emoción determinada. Nuestra cultura humana es un fractal de nuestra
mente o viceversa. La cultura esta compuestas por nuestras
identidades, las cuales a su vez están por compuestas por
pensamientos y emociones que nacen y mueren en una fracción de
segundo, sucediendo sus conocimientos a la emoción siguiente. De
este modo nuestra sensación nunca es la misma, cambia miles de veces
en un segundo pero se asemeja, porque forman parte de la misma raza o
especie de sensaciones que invaden nuestra mente durante varios
minutos. Imperios gobernados por distintas dinastías. Nuestras
emociones fluctúan, pero duran al dejar sucesión de su genética,
igual que nuestra civilización permaneciendo al suceder su cultura.
La vida de cada uno es un segundo en la historia de la humanidad. Si
sumamos todas las vidas presentes y las que han existido, cada una de
ellas es un segundo o una pulgada en la construcción de la gran
emoción, la cual se llama “civilización humana”. No podemos
hacer mucho individualmente por la historia humana, ni por su futuro; y
aunque lo lográramos, si nuestro paradigma mental es el mismo, si
nuestros pensamientos, emociones, si nuestras ondas mentales siguen
funcionando de la misma forma, cronificándose, imponiéndose,
entonces estamos sujetos al mismo paradigma y lo que haríamos por el
mundo seria similar a todo lo hecho anteriormente. Por lo tanto no
hay nada que pueda hacerse por nuestra civilización. Pero podemos
ser el margen de error, el microsegundo que falla, la pulgada
averiada, simplemente modificando nuestro habito de pensamiento y
emociones. De esta forma la cultura misma comienza a fluctuar...
moverse, hacerse mas tenue, o temblar por microinstantes… como una
emoción que no termina de definirse, que deja infiltrar una
sensación opuesta hasta ambas disolverse en la homogeneización. Para que eso ocurra es preciso comprender la igualdad y correlación entre los
polos opuestos para que ambos se reconozcan, amen y se disuelvan.
Esta aceptación plena, esta identificación con el universo genera
una expansión perceptiva (o expansión de conciencia) que nos lleva
a observar la infinita relación entre el plano físico y psíquico...
y la igualdad que existe entre uno y otro. Eso nos lleva a pensar que
el plano físico es simplemente un reflejo macrocósmico de nuestro
reino psíquico… y al revés. La aceptación e identificación
perfecta con los amenazadores opuestos nos libera… ya que toda
sensación es generada, alimentada e intensificada por una
resistencia hacia su opuesto. Todo temor también es siempre generado
por un opuesto que amenaza. El viaje a la profundidad psíquica no
encuentra limites ni restricciones cuando los temores desaparecen…
y cuando estos se van es porque la guerra ha terminado, los opuestos
han desaparecido. Desmantelarse en la existencia es ser consciente
del uno. Ser consciente de esta unidad (y no ser creyente de la
unidad) es poder contemplarla y crecer en la liberación hacia la
contemplación cada vez mas profunda e ilimitada del veloz, efímero
e inexistente funcionamiento de los yoes; la separación
inexistente entre uno y otro, los trazos ilusorios e indefinidos de
individualidad… las caóticas relativas e indefinidas fronteras
entre un pensamiento y el que lo sucede en el segundo posterior… el
espacio entre tus ojos y tu monitor como parte de tu mismo cuerpo, su
luz colisionando con tu vista, uniendo polos, revelan que son un
mismo ser, un mismo cuerpo unido… y que cada micropensamiento es un
fractal de nuestra historia en la tierra y de la historia de la
humanidad, y de la historia del universo. Idéntico, exacto. Sus
supuestas diferencias son solo el reflejo de nuestra ignorancia,
nuestra inconsciencia , nuestro sueño… La unidad es un viaje hacia
el infinito, ya que solo se descubre (y por lo tanto solo existe)
transitando el mismo, volviendose conciente de el… Por eso el uno se construye/descubre
viajando, y se viaja aceptando, disolviendo en la comprensión la
ilusión de los opuestos. De esta forma se desmantelan las dictaduras
de los yoes que perduran demasiado. El miedo desaparece en la
aceptación de sus enemigos psíquicos… uno viaja mas veloz y mas
profundo = mas conciencia de unidad.
domingo, 21 de junio de 2009
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